lunes, 21 de septiembre de 2015

Milluni, la comunidad donde una jauría siembra el pánico

Al llegar a Alto Milluni, al costado izquierdo se ve su cementerio que está sobre el camino de tierra y más abajo la laguna colorada. Una cancha de tierra y una caseta policial de control vehicular, a mano derecha, dan la bienvenida a esta comunidad que las primeras horas del domingo 6 de septiembre amaneció con una noticia inesperada: la muerte de sus llamas y ovejas.
"Una mañana, al llegar a mi trabajo, mi tío me dijo que han matado llamas y ovejas en la noche, todo el pueblo estaba asustado”, cuenta Giovanni Venegas, de 19 años, quien es jornalero en la mina Milluni.
Cubierto con un gorro de lana y con el cierre de la chamarra hasta arriba, explica que su tío, comunario del lugar, tiene llamas y alpacas, de las cuales cinco murieron presuntamente por ataques de canes en los últimos días.
Este sitio, ubicado a 25 kilómetros de la ciudad de El Alto -tramo que se realiza en 50 minutos en bus que parte de la zona Ballivián-, se caracteriza por estar "custodiado” por el nevado Huayna Potosí.
Milluni está de camino a la comunidad de Zongo. Su clima casi gélido cuando está nublado y las pocas personas que transitan a pie por el lugar completan el panorama de tranquilidad.
De día y durante el atardecer no se ve ni un solo perro rondando por la mina de estaño y zinc ni por ninguno de los alrededores de este sitio. A lo lejos sí se divisa a algún comunario que, con un bastón en mano, dirige a sus animales para que coman el forraje casi amarillento.
"Cada llama cuesta 900 a 1.000 bolivianos. Nosotros eso vendemos en la ciudad”, comenta Faustino Vargas, quien vive ahí desde hace siete años junto a su esposa. "De noche llegan los perros y no hay cómo correr. No hay ni cómo quitarles. Las sacan del corral y las matan a unos 300 metros”, agrega.
El cabo David Flores, responsable del retén de Alto Milluni, dice que hay muchas quejas de parte de los comunarios sobre esta situación. En el poco tiempo que lleva trabajando en el sitio ya escuchó de varias historias que parecen salidas -manifiesta- de un cuento de terror.
"Desde antes de que venga a trabajar ya me había enterado de las matanzas”, relata.
Dos días después del último ataque -que según comunarios segó la vida de 35 camélidos- los dirigentes de Alto Milluni fueron hasta la Alcaldía de El Alto para mostrar el daño, ya que arguyen que los canes provienen del sector de Villa Ingenio, donde está el relleno sanitario municipal. Una camioneta roja trasladó a varias llamas y alpacas muertas hasta los predios municipales.
"A cualquier llama le pescan, le sacan la tripa y le dejan muerta”, explica Vargas, quien afirma que al menos ocho familias de Milluni están en esa misma situación. Sólo por la lana ahora inservible este comunario perdió alrededor de 2.600 bolivianos.
En concepto de carne que iba a ser comercializada, estima que la pérdida está entre los 7.500 y los 8.000 bolivianos.
Cada mañana Vargas debe recorrer más de media hora a pie desde su hogar hasta su punto de trabajo en la mina.
Por cada jornada laboral gana entre 70 y 80 bolivianos aunque admite que "casi no alcanza sólo con esto”. La segunda actividad familiar que tienen -y que es la de casi todos quienes habitan Milluni- es la cría de camélidos para su posterior comercialización.
El hecho de haber perdido a sus animales "de la noche a la mañana” causa un ajuste abrupto en sus finanzas.
Agrega que este fenómeno no es reciente, sino que ya viene desde hace un par de meses y que los comunarios ya no saben qué hacer, más que estar atentos. "Hay que estar alertas, así nomás estamos nosotros”, afirma.
Ya va más de una hora de recorrido a pie por la zona, entre el cementerio a la entrada y la mina. A donde sea que se mire no es posible observar a un solo perro de los "muchos” que hay, según los comunarios. Las nubes cubren el nevado que embellece el paisaje y sopla una brisa helada. No, ni el rastro de un perro.
"Cada noche siempre persiguen a las llamitas, dicen los que viven aquí. Los comunarios siempre dicen eso. Al último es lo que más se está comentando pero creo que esto es de este año recién. Les están haciendo renegar”, relata Marcelo Flores, de 52 años, mientras espera un vehículo que los transporte de vuelta a El Alto, donde vive.
Él, como Giovanni Venegas y varios otros "compañeros”, trabaja en la mina y cada día debe hacer el recorrido desde la zona Ballivián para llegar a su trabajo. Flores, con una sonrisa muy expresiva, cuenta que los últimos acontecimientos tienen a todos -propios y extraños- en alerta permanente.

Flores sube a la parte trasera de una camioneta, junto a otros dos jóvenes jornaleros rumbo a casa. Pasan algunos minutos para que en la campiña se pueda divisar llamas y alpacas, pocas ovejas, pastando solas. Otra vez, ni un can a la vista. De a poco el Huayna Potosí se pierde de vista. ¿Con qué noticia amanecerá mañana Milluni?

Comunidad Milluni
Ubicación La comunidad de Milluni está a 25 kilómetros de la ciudad de El Alto en el camino que va hacia Zongo. Es parte del distrito 13 de ese gobierno municipal.
Características Esta comunidad está en "las faldas” del nevado Huayna Potosí. Una de sus principales actividades es la minería con la explotación de zinc y estaño. Otra labor es la cría de camélidos.
Transporte Para llegar a este lugar se encuentra transporte desde las 14 horas de lunes a viernes en la zona Ballivián de El Alto.



Es probable que los canes atacantes procedan de Villa Ingenio
Alcaldía: En El Alto hay más de 280 mil perros y la mayoría vive en la calle

El director de Zoonosis de la Alcaldía de El Alto, Rubén Calle, explica que en esa urbe hay alrededor de 280.000 canes y que muchos de éstos viven en las calles.
En referencia a la denuncia de comunarios de Alto Milluni -perteneciente al distrito 13 de El Alto- sobre el ataque mortal de perros vagabundos a sus llamas y alpacas, Calle explica que es probable que provengan de inmediaciones del relleno sanitario de Villa Ingenio.
El viernes en la tarde se reunió con representantes de la Empresa Municipal de Aseo y con dirigentes de Milluni para buscar un problema a esta situación.
"Los mismos comunarios denuncian que son los perros del relleno sanitario”, afirma.
La madrugada del domingo 6 de septiembre varios pobladores se enteraron de que sus animales estaban muertos. Luego de hacer indagaciones al respecto, llegaron a la conclusión de que fueron perros salvajes los que atacaron a sus llamas y alpacas.
La hipótesis central que manejan es que los canes provienen de Villa Ingenio, a unos 20 kilómetros de esta comunidad.
"Hay una concentración de perros en el botadero. Es de ahí de donde migran todos los canes que prácticamente son vagabundos y comienzan a devorar a las llamas que están alrededor”, comenta Calle.
Según datos que maneja esta oficina, en El Alto hay más de 280.000 perros. "Muchos de ellos viven en las calles”, refiere el funcionario.
Una de las medidas inmediatas que se asumirá el municipio será la verificación permanente para que los límites del relleno sanitario sean enmallados.

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